El Amor que Ya no Tenemos


(Editorial publicada en la edición 75 del periódico impreso elnordestino.com)

“Buscamos amor en las personas, y cómo conseguir amor sincero si no hay amor dentro de nosotros. Es buscar algo que ya no tenemos”. (Edgar Rodríguez).

Quizás no tengamos una explicación muy académica sobre el tema, sino una pregunta intuitiva respecto de una alteración de los modos de relación entre semejantes en nuestra sociedad.

La eficacia de la respuesta radicaría en la instalación de un modo particular de relación al semejante; reflexionar sobre las posibles transformaciones en el lazo social de nuestra época puede resultar fundamental para ubicar la razón de ser nuestro proceder.

La existencia humana puede ser entendida como el efecto de una operación sobre el viviente, y la subjetividad como aquello que resulta de los efectos de esa operación. La humanización es una puesta en relación del viviente con la cultura de su época.

Si existe un malestar en las situaciones dadoras de existencia humana al viviente, la insuficiencia existencial es inherente a la entrada del viviente en el orden significante.

La muerte y la sexualidad son ahora las ofertas reales donde se pone en juego el amor simbólico para operar sobre esta insuficiencia.

La crisis de amor contemporánea es el síntoma del pasaje desde la constitución social clásica en la que se privilegia la relación al semejante, a un horizonte actual que privilegia sólo al individuo. El amor se transforma es un obstáculo entre el deseo y el placer, transformados por un mercado donde las personas se degradan y pasan de ser sujetos a ser objetos.

El consumismo, el hedonismo y la estimulación consolidan una modalidad existencial que privilegia las particularidades del goce a las de la significación del mismo.

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